Indignación total en el Athletic. Una jugada polémica le costó un penalti en contra, el 0-2 del United, y le dejó para colmo con … un futbolista menos. El equipo rojiblanco estalló contra las decisiones del colegiado Dani Vivián, el jugador que fue expulsado, abandonó el campo con evidentes signos de que no entendía nada y Ernesto Valverde pidió en vano explicaciones al cuarto colegiado.
El United se había adelantado con un tanto del exmadridista Casemiro tras un espectacular e inesperado centro del central Maguire, que se comportó como un extremo en esa jugada ante Mikel Jauregizar.
Poco después de la media hora llegó otro centro lateral de los ingleses. Vivián colocó su mano encima del hombro de Hojlund. El delantero centro se dejó caer y el VAR llamó al colegiado noruego Espen Eskas. Estuvo un buen rato visionando la jugada, signo de que no la tenía clara, pero pitó penalti. ¿Lo es? Entra en la categoría de penaltitos modernos. Se pueden señalar o no. El escandinavo lo hizo.


Pero eso no era todo. El noruego se echó la mano al bolsillo derecho y expulsó a Vivián, lo que condenó al Athletic a jugar con uno menos todo el partido. Los especialistas en arbitraje mantienen que llegado al punto del penalti, la roja es el siguiente paso porque no había disputa de balón en juego.
Hay más motivos de queja. Los hinchas rojiblancos entienden que en la jugada previa al gol hay una mano de Garnacho y una falta a Galarreta que se pasan por alto.
San Mamés intentó animar a los suyos, pero el tercer gol de Bruno Fernandes dejó la eliminatoria prácticamente sentenciada. La hinchada mantuvo los ánimos a los suyos, pero el colegiado noruego se fue al descanso en medio de una enorme pitada mientras Williams le mostraba su indignación.

La gota que colmó el vaso con el colegiado noruego llegó en el minuto 60 de partido. Maroan se escapaba por la banda y Maguire le derribó. La hinchada pidió la roja para el central, pero el árbitro escandinavo no se dio por aludido. Para colmo de desesperación de la parroquia rojiblanca el colegiado se acercó a la banda. Los espectadores pensaban que iba a ver el VAR porque por los monitores de televisión advertían de que se chequeaba una posible tarjeta roja, pero lo que hizo fue amonestar a alguien del banquillo rojiblanco. «Manos arriba, esto es un atraco», cantó el estadio rojiblanco irritado.